A las seis y media de la tarde el portal del número siete de la madrileña calle Covarrubias estaba atestado. Unas veinte personas hacían cola para entrar. El bajo derecha ha sido reconvertido en un nuevo tipo de librería: el que quiere puede entrar, coger el libro que le interese e irse. No hace falta pasar por caja. Una habitación con amplios ventanales da la bienvenida al presunto lector. Aún huele a pintura y los muros se han forrado de palés que hacen de estanterías. Libros Libres nació hace veinte días. Su objetivo: fomentar la lectura.
Interior de la librería. Foto: Carmen Castellón
Hay de todo, poesía, narrativa, libros infantiles, ensayo, novela… más de cuatro mil volúmenes expuestos y un total de ocho mil libros aguardando nuevo dueño. Lo que abunda, a juicio de Alejandro de León, miembro de la ONG Grupo 2013, fundadora de Libros Librse, es el “sentimiento de comunidad”.
“Creía que ese se iba a colar», “los niños tienen prioridad”, “un segundo, que voy a encender la luz del descansillo”. De León habla sobre el funcionamiento de la librería a trompicones. A cada poco tiene que interrumpir la entrevista para atender al flujo que no cesa. Están desbordados, pero contentos: “Es una librería gratuita, la gente puede venir y coger los libros que quiera. Hay tres perfiles de personas: los que pueden pagar algo; los que no pueden pagar nada y, por último, los que se hacen suscriptores”.
Para ser suscriptor lo único que se necesita es creer en el proyecto y doce euros. Una cantidad simbólica pero importante. “Necesitamos 365 suscripciones, es el mínimo para que el proyecto tenga sentido”, afirma De León. Una suscripción anual al día durante el primer año para seguir abiertos dos años. En los veinte días que llevan funcionando han conseguido 235, “estamos teniendo mucho éxito, esperamos que siga así”, dice sonriente mientras aclara que la clave está en que “ser suscriptor no te da derechos sobre el resto de clientes”. Todo el que crea en el proyecto puede apuntarse y colaborar.
Una de las paredes de la librería funciona como pizarra: hay un dibujo de la ONG y otro en el que se apuntan cuántas suscripciones faltan para que sea viable el proyecto. Necesitan 130 suscripciones más para no generar más gasto a la ONG. También en la sala hay una mesa fabricada a base de palés. Una hucha de cartón espera las donaciones, mientras un voluntario sella libros y gestiona las suscripciones. El voluntario habla con una madre que se enteró del proyecto “por una asociación” y que se ha hecho socia junto con su hijo. El pequeño de seis años ha elegido dos libros de la editorial El Barco de Vapor así como dos películas de Pokemon. “Las películas hay que devolverlas en siete días”, dice el niño. Además de libros, tienen una colección de DVD de alquiler, miles de películas que se pueden llevar por una semana y devolver.
“Queremos que sea un espacio en el que, si tú tienes un sentimiento de comunidad, aportes”. Un bizcocho, un sofá o un oso panda gigante, esas son algunas de las cosas con las que han querido colaborar en el barrio. “la gente es más cívica de lo que pensamos, aún no ha llegado nadie a llevarse miles de libros, se llevan lo que realmente les interesa”, reflexiona De León.
Datos básicos:
Dónde: Calle Covarrubias 7, bajo derecha
Cuándo: Todos los días, de 12.00 a 20.00
Contacto: 912821001 / info@librerialibroslibres.org
Marina Pina 